La petición del presidente Andrés Manuel López Obrador de que jueces y magistrados no liberen a diestra y siniestra a delincuentes literalmente que vino a caer “como anillo al dedo” en el estado de Chihuahua, en donde se sabe que la puerta giratoria para liberar a malandros no se detiene las 24 horas los 365 días del año.
Desde la famosa nueva reforma penal “hiper garantista” que se promovió por Reyes Baeza y luego a nivel federal con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, se estableció todo el marco para dar una, dos o más oportunidades para que se cometan delitos, aumentaron las cuantías en robos y portación de droga para evitar la prisión preventiva.
Además se clavaron con el tema del “debido proceso” que hace que delincuentes salgan en libertad por “errores” que casualmente comete el Ministerio Público.
Los jueces encantados de la vida y cómodos se apegan al amplio margen que les da la ley y para no meterse en bronca mejor no vinculan a proceso a los delincuentes y salen libres.
El tema es un tema de fondo por que la gran mayoría del marco normativo mexicano está apartado de uno de los fines del derecho que es la justicia y se centra en el individualismo, dejando de lado el bien común.
Por eso la ciudadanía se siente defraudada con el Poder Judicial por que no persiguen como fin la justicia.
Así que a ver si regresando de la gira por los Estados Unidos, el Presidente le mueve al tema por que cada vez es más grave la situación social impulsada en mucho por la pobreza y corrupción pero también por falta de mecanismos para castigar a quienes dañan a la sociedad.
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Columna publicada en tiempo.com.mx y Radiorama Chihuahua.
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