La lluvia que por fin cayó en la mayoría de los municipios de la región centro-sur del estado de Chihuahua despertó el optimismo de los productores y calmó un poco el ánimo en la denominada guerra por el agua.
Es cierto que lluvia no representa mucho en comparación a lo que cayó en años anteriores, ni significa que el problema esté resuelto, pero la angustia por la nula presencia de precipitaciones pluviales por supuesto que tensaba más toda la problemática.
Aunque el delegado de la 4T, Juan Carlos Loera, ya dio la cara en el tema y se reunió con algunos líderes de la zona, la disputa sigue por que las presas no se han recuperado y existe el temor fundado de que no haya agua para el siguiente ciclo agrícola.
Será cuestión de ver si continúa lloviendo y si esto salva la situación, por que los productores no quieren que por ningún motivo se vacíe también la presa La Boquilla - como ya lo manifestó la Conagua - y así como lo hicieron con El Granero y como lo están haciendo con la presa Las Vírgenes, utilizando incluso al Ejército Mexicano para frenar al pueblo.
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